SANTA CRISTINA D`ARO-CALELLA DE PALAFRUGUELL-PALAMOS    13 10-21

 

Hemos dormido con Enric al lado ya que ayer después de Tossa de Mar vinieron con nosotros hasta Santa Cristina. Hemos quedado que Beltza nos recogería con sus dos coches para ir a comer a Palamós. Hemos dormido muy bien sin prácticamente ningún ruido a diferencia de ayer.

Hemos salido camino de Palamós, pero antes vamos a parar a dar un paseo por un pueblo que conocimos hace muchos años cuando veníamos de vacaciones a Girona. 

Es Calella de Palafrugell muy pequeño pero muy encantador con una playa en pleno centro del pueblo con unas calles estrechas y un encanto especial.

Hemos dado un largo paseo por un recorrido que va pegado al mar que es precioso y después hemos vuelto a los coches para ir en dirección a Palamós donde nos esperan Kim y Montse.

Hemos llegado a Palamós y después de aparcar hemos dado un paseo por el pueblo intentando recordar algo de nuestra antigua estancia, pero no hemos sido capaces de acordarnos de prácticamente nada.

Habíamos quedado en un restaurante del pueblo llamado Can Quel donde habían reservado Rosa y Beltza. Hemos llegado sobre las 15h y hemos tenido que esperar un poco a que preparasen la mesa. Nos hemos sentado y enseguida nos han enseñado lo que íbamos a comer. De primero cada uno elegía y de segundo arroz caldoso de bogavante. Todo estaba muy bueno y el arroz “espectacular”, como dice Beltza.

Hemos ido andando por el paseo hasta San Antoni de Calonge donde hemos recorrido toda la playa. Hemos vuelto a los coches y hemos hecho una parada en Playa de Aro ya que Isabel quería mirar unas cosas para la autocaravana. Hemos vuelto a los coches y vuelto a Santa Cristina D`Aro donde después de tomar una cerveza con Rosa y Beltza hemos vuelto a la Jomer1 para cenar y dormir. Mañana vamos a Granollers a recoger la bici de Martina, pero antes Beltza nos quiere enseñar el Camping de Mas Sant Joseph donde estamos pensando en venir con los nietos el año que viene en vez de ir a Vilanova.

¡Bueno portaros bien y no deis guerra, mangarranes!